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A propósito de la tragedia

-Una divergencia entre Lacan y Masotta- *

por Cecilia Fasano

 

“...no es cierto que los modernos han perdido el sentido de la tragedia.. .” Esta afirmación fue pronunciada por Oscar Masotta el primero de octubre de 1973 en el marco de un homenaje a Sigmund Freud, en la Facultad de Medicina de la UBA (1) El contexto no es menor si hablamos de tragedias. A veinte días de la caída del gobierno de Allende en Chile, Masotta elige iniciar su conferencia recordando a un amigo -Lito - quien se encontraba preso “en una soleada cancha de fútbol en Santiago de Chile” . (1)

No obstante, Jacques Lacan trece años atrás había “vaticinado” todo lo contrario, cuando en el año 1960 decía: “ El Edipo sin embargo no podría conservar indefinidamente el estrellato en unas formas de sociedad donde se pierde cada vez más el sentido de la tragedia”. (2)

¿Cuál es la razón de esta diferencia? ¿cuál el argumento de cada posición? Rápidamente podríamos arriesgar que Masotta sabe lo que dice, es argentino y no hace falta que enumeremos las “tragedias” ocurridas por esos años, de este lado del planeta. Sin embargo tratándose de Lacan y de Masotta deberíamos hacer el esfuerzo por encontrar el argumento que suponemos sostiene cada afirmación.

Es evidente que la “profesía” de Lacan no sólo no se cumplió sino que por el contrario la tragedia pasó a ocupar un lugar muy particular en nuestras sociedades.

Por otro lado ¿cuál fue el motivo que llevó a Lacan cambiar de opinión? Porque lo cierto es que la tragedia ocupó un lugar preponderante, al menos durante un período de su enseñanza; basta leer el seminario El deseo y su interpretación donde la tragedia de Hamlet es utilizada para ilustrar el enigma del deseo humano, o el seminario de La ética del psicoanálisis donde la tragedia de Antígona constituye una referencia ejemplar para explicar que: “la estructura trágica, es la del psicoanálisis”.

Tampoco podríamos decir que esa frase de Lacan fue dicha al pasar puesto que encontramos la misma idea en posteriores ocasiones. Por ejemplo podemos leer en el seminario La angustia : “(...) “ Basta de tragedia”, como así también “Basta de comedia” aunque eso sea un poco mejor. No hay drama”. (3) y mas adelante, en el mismo seminario: “¿ sigue estando presente ese sangriento rito de ceguera? No. Esto no es necesario; por eso el drama humano no es tragedia sino comedia: ellos tiene ojos para no ver, no es necesario que se los arranquen ”. (4)

En consecuencia, podríamos decir que el mito de Edipo tal como Freud lo ubicó en el corazón de su doctrina es abandonado por Lacan, al menos dejó de considerar que el Edipo pueda ocupar un papel constituyente para el sujeto. Efectivamente en El reverso del psicoanálisis dirá que el mito de Edipo fue “un sueño de Freud”.

Gillo Dorfles, el ensayista italiano, realiza un análisis respecto a los avatares del sentido de la tragedia, que merece toda nuestra atención. Este autor en el año 1970, escribía: “(...) desde hace cincuenta años hasta hoy, la humanidad ha vivido y está viviendo una época trágica. Al asistir continuamente a esos espectáculos crueles, monstruosos, brutales y sanguinarios -la guerra de Vietnam, las torturas de Chile y, anteriormente, los campos de exterminio nazis- que la televisión le ofrece cada día, el espectador no se ha limitado a endurecerse (...) anestesiando su “piedad” y su “terror”, sino que, además, ha llegado a perder la facultad de discernir entre el eikos (lo verosímil) y el dynaton (lo posible) , entre lo Natural y lo Artificial, entre las tragedias reales y las elaboradas por el arte”. (5)

De este modo Dorfles sostiene la siguiente hipótesis : “La tragedia de nuestro tiempo es aquella que se vive en primera persona en todas las latitudes del mundo y que los mass media hacen inmediatamente suya para sacar de ella cada día, mejor dicho cada hora, una nueva versión. Y así el campo que le queda a la tragedia simulada, a la fiction trágica, se va haciendo cada día pequeño y tiende a desaparecer, ante la perentoriedad de los dramas que nos vemos obligados a presenciar” .

La hipótesis de Dorfles en consonancia con la idea de Masotta, es decir, “el sentido de la tragedia no se perdió” plantea: “ Lo trágico (...) constituye uno de los aspectos más connaturales a nuestra época cultural” . Incluso va más allá de la época actual al sostener que u na de las características típicas de la tragedia es “estar fuera de la historia”, fuera de tiempo, lo cual implicaría pensar que “la tragedia fue, es y será”, otorgándole, si se quiere, un valor estructural a lo trágico de la existencia humana .

Tal vez el inconveniente se produce al homologar tragedia con Edipo? ¿desplazar el lugar que ocupa el Edipo en la doctrina, conlleva necesariamente a expulsar la tragedia? Son interrogantes que ameritan un estudio que excede estas líneas, aquí el propósito es simplemente el planteo del problema.

A propósito de la tragedia sería de interés volver, en otra ocasión, sobre el texto de Rolf Hochhuth El vicario , una obra publicada en Alemania en 1963 y traducida en 1964, con prólogo de Erwin Piscator; además del interesante material publicado bajo el título Summa Injuria -Tormento sobre el vicario -, publicado en 1965, recopilado por Fritz J. Raddotz. Ambos libros de la editorial mexicana Grijalbo.

* Publicado en Microscopía N´40. Asociación de Psicoanálisis de La Plata

 

Notas:

(1) Oscar Masotta, Ensayos Lacanianos cap .: Sigmund Freud y la fundación del psicoanálisis.

(2) J. Lacan, Escritos 2 . Subversión del sujeto y dialéctica del deseo. Siglo XXI Ed.

(3) J. Lacan, Seminario La angustia. Inédito, clase del 30/1/63.

(4) J. Lacan, Seminario La angustia . Inédito, clase del 3/7/63.

(5) Gillo Dorfles, Para una nueva teoría de la tragedia , De la edición castellana: Fernando Torres-Editor, 71 Valencia. Agradezco a Germán García que me facilitara este texto (hoy agotado y no vuelto a editar).

 

 
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