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De Sigmund Freud a Fédéric Rosenfeld saber y ganancia-

Por Enrique Acuña

Una vez mas se cumple la teoría del kaos en los países de cultura mimética como el nuestro: un revoloteo de hojas de Le livre noir du la psychanalise en Paris provoca pánico en el Río de la Plata. Este efecto mediático es un fenómeno de amplificación pero cuando la distancia se reduce, resulta divertido hojear “in vivo” este libro, tal como lo hizo el jueves ultimo en el Centro Descartes de Buenos Aires Germán García en una atenta lectura crítica.(1)

El texto no es tan negro como amarillo y vanidoso –veáse Eric Laurent (2)- y sus 800 páginas muestran una edición pobre para su prometedor contenido belicoso. Se trata de una obra del editor y no de autor, tal como se queja Roudinesco, ya que Catherine Meyer se asesoró en tres autores ( Borch-Jacobsen, Van Rillaer, Cottraux) para recopilar 40 articulos escritos algunos hace ya 20 años con el comun denominador de argumentar contra el psicoanalisis. Pero lo que nos interesa es su politica de aparecer en el momento que se debate una ley de evaluación de los practicantes psi en Francia luego de un informe estatal (INSERM) que favorece a las técnicas cogitivas comportamentales -T.C.C.- por su « eficacia » en el mercado de salud.

De los distintos apartados del libro –sobre las psicoterapias, sobre lo que Freud habría mentido, sobre las victimas del psicoanalisis, etc.- se destaca «el porvenir de una desilución »  en el que se relatan las peripecias de Fédéric , un ex-analista que aburrido por las sesiones de 50 minutos con sus pacientes y su propio analisis decide curarse de esa experiencia en una especie de técnica de programación asistida con una TCC. El terapeuta cuenta que Fédéric (Fredy) , que es él mismo, se logra « curar de psicoanalisis » en la medida que se presta a un método de evaluación sobre su vida.

Al reconstruirse con una nueva narracion del síntoma, el terapeuta lo testea en una autoevaluación de cinco parámetros: Situación, Emoción, Cognición, Comportamiento, Anticipación (SECCA). El relato del experimento es llamado « Fédéric y yo » por la duplicación del moi como refuerzo . En su método hay un uso del lenguaje como descripción (3 ) que modela una obsesivizacion del estilo de vida. Al fin su yo deviene un panoptico incorporado como ominivoyer que se podria luego aplicar a otros, trasmitiendo su estrategia basada en la evitación. Con ello se observa que las TCC no tienen nada mas que el nombre prestado de las ciencias cognitivas y parecen mas bien un hijo deforme de la psicologia del yo, su nueva versión americana.

No se trata de la antigua sugestión del siglo XIX o de otro ataque igual al sufrido por Sigmund en Viena -como se quejan algunos identificados al significante maestro Freudmarginal en un diario local (4)- sino de la lógica de otra época donde el Otro de la demanda social exije evaluaciones. Aún mas, es una epoca dónde el psicoanálisis ya es objeto de la cultura, es un prestador prestado al consumo dentro del mercado de los saberes, aunque su objeto (a) , lo real de una causa, no sea cuantificable.

Jean Claude Milner comenta que el « secreto de la ideología de la evaluación » (5) es una impostura creada por la alianza entre una ciencia que cuantifica al sujeto –lo mide estadisticamente- y el mercado que aspira a ganancias. Su operador es el funcionario de salud y la burocaracia de profesionales. Agregemos que esos profesionales son autorizados por la regulación de la Universidad.

Triple sumatoria entonces: Ciencia + Mercado + Burocracia = Evaluación.

Luego la ecuacion del marketing y de los managers será el bajo costo en menor tiempo para los tratamientos, diseñados ahora para las masas por una biopolitica. El efecto logrado es el rechazo del goce puesto en juego en cada singularidad. « Tanto la medicina de la evidencia, con su exclusión de la decisión del médico, como las TCC con su exclusión de la intencionalidad y una semántica cuyo sentido es goce, necesitan la exclusión del psicoanálisis »- señalaba Germán García (6).

Destaquemos que si el psicoanalisis no es una técnica cientifica, no puede ser evaluado mas que por aquellos que se sirven del procedimiento : los pacientes, y el analista mismo a sido uno. Por eso los resultados de su experiencia requieren de una Asociación o una Escuela de psicoanálisis donde se den pruebas sobre qué es un analista. Lacan hace de esos modos de organizacion, condiciones de posibilidad para ese testimonio que haría avanzar la doctrina.

Tal vez Federic Rosenfeld y su alter Fredy se habrian quedado sin la posibilidad de esa transmisión y encontraron en el « yo fuerte » de alguno como Jean Cotraux la TCC que le permitió sobrevivir a las demandas del mercado, aunque eso no dice de su saber vivir (vivir mejor sin Freud, como reza el subtítulo del libro). Asi, la disputa que siempre recomienza tiene ahora nuevas formas de la mentira-verdad que, como sabemos, puede ser otro extravío positivista de los que no se dejan engañar por el inconsciente. La otra apuesta , la del psicoanalisis, tiene otro saber en ganancia .-

 

La Plata, 21-09-05.

eacunia@ciudad.com.ar

Notas :

(*) Fédéric Rosenfeld : Comment guerir du la psychanalisis avec dix sesons en Le livre noir du la psychanalisis.Vivre, penser et aller mieux sans Freud. Editorial Les Arénes , Paris, septiembre, 2005.-

( 1) Me refiero al curso anual de German García « La angustia , entre goce y deseo », clase del 15-09-05.-

(2)- «El agujero negro de las vanidades » : donde se puede leer la serie comparada de mentiras que dicen la verdad rechazada y sus puntos de fuga en tres observables : las catastrofes naturales, la clonación humana y el empuje a la evaluación. Dice : «  Henos aquí confrontados a tres modalidades de la desaparición: la desaparición de lo que constituye la humanidad en la especie, el escándalo de las muertes anunciadas, el anhelo de muerte de la palabra de los sujetos.(...) “La retórica de la evaluación es convocada en este punto para obtener la transmutación de la demanda en silencio”.-

(3) Jacques-Alain Miller en “La respuesta del psicoanálisis a la terapia cognitivo-comportamental” de donde extraemos : “La base para el punto de vista de la TCC es su idea del lenguaje. No teorizan lo que es el lenguaje para ellos, pero considero que es una teoría del lenguaje en particular, una teoría descriptiva. Creen fundamentalmente que el lenguaje no es ambiguo, o por lo menos que el lenguaje puede ser usado en forma inequívoca y que puede ser explicito. Por eso  creen que es posible tener un acuerdo previo entre paciente y terapeuta, sobre los que es el trastorno y como curarlo.”.-

(4)- ¿El fin del psicoanalisis? Nota del diario El día (La Plata), 18-9-05, haciéndose eco al disparo de Borch- Jacobsen aparecido en La Nación . Dice un defensor psi platense “ Hace mas de cien años el mismo Freud ya tuvo que soportar estos infructuosos embates".

(5) Jean Claude Milner en revista Mediodicho N°27, EOL Córdoba. ( cita aquí a Leo Strauss).-

(6) “La disputa del mercado de la salud mental” - publicado en revista Ñ , suplemento cultural de Clarín (10-9-05).-

 

 
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